CAPITULO QUINTO
DISCUSION DEL ANALISIS DE ESTUDIANTES Y TUTORES(AS)
En los diversos ámbitos de la
actividad humana la
motivación es uno de los puntos
importantes que se debe tener en cuenta, cuando se quiere obtener un resultado
o participar en algún evento. Se
entiende como un proceso que provoca determinado comportamiento o que modifica
uno ya existente.
En educación los docentes requieren no solo de un poder motivacional mezclado con habilidades organizativas y de comunicabilidad didáctica para lograr rendimiento y satisfacción académica, sino que es un
proceso que explica todo el comportamiento humano (Hernández, 2002).
Estudios acerca del papel del maestro en la motivación del alumno han
demostrado la importancia que tiene la calidez y apoyo del maestro, encontrando
que los profesores que son cálidos y amigables tienden a tener estudiantes que
les agradan las actividades escolares ( Woolfolk, 1996).
En la presente investigación, en relación con la categoría expectativas frente
a la tutoría, la cual es entendida como la esperanza de conseguir y recibir
un programa que contribuya a su crecimiento personal y académico, con respecto
a la subcategoría Adopción de
estrategias de enseñanza algunos
estudiantes manifiestan con respecto
a las tutorías que:
2A -“Es por falta
de motivación que no asistimos”
2B -“Hay que dinamizar más este espacio”
- “El problema es que no estamos motivados.
De allí que el tema de la motivación ocupe un lugar importante para que
los estudiantes participen en las actividades de tutorías, demandándole al docente métodos de enseñanza que
contribuyan a la participación y asistencia.
Esta preocupación manifestada por los estudiantes también se evidencia
en los tutores (as) cuando anotan la falta de colaboración por parte de los
estudiantes para participar del programa.
Uno de ellos anota que:
T1 “algunos estudiantes
no muestran interés por su desarrollo personal y profesional. Aspecto reflejado
en la baja asistencia a los talleres” (sic)
“En cada grupo
hubo alumnos apáticos a pesar de la constante convocatoria a talleres o a
tutoría”
Estas anotaciones permiten reflexionar sobre la importancia de buscar en
forma conjunta la manera más apropiada para diseñar estos espacios y hacer
partícipe al estudiante de su desarrollo personal.
De otra parte se encontró que lo anterior se evidencia en el testimonio
de estudiantes de diversos semestres y jornada
4A -“los talleres a veces se tornan monótonos y
no digo que no sean importantes” (sic)
2B -“es un espacio para explotarlo, debe ser
más lúdico y dinámico”
2A -“que no fuera
tan magistral sino con ayudas didácticas y más actuales”
Haciendo alusión a lo anterior, es importante resaltar la metodología
que se utiliza al compartir los conocimientos, porque como destaca el alumno el
grupo 4A hay monotonía al presentar el
taller, más no es que pasen desapercibidos los temas.
Es por ello que se hace relevante que el docente esté continuamente
capacitándose y actualizando sus conocimientos con respecto a métodos de
enseñanza que como anota Hernández (2002),
son muy diversos siendo el método el camino para lograr un objetivo.
Además es primordial tener en cuenta el contexto y el grupo con el cual se
trabaja de tal manera que el disente se interese por el tema que está
presentando el docente para lograr que haya una empatía en el aula.
Los estudiantes y los tutores coinciden en que es de suma importancia
saber escoger los temas que se pretende llevar a los grupos, conocer las
características de los semestres a los cuales están dirigidos y el contexto en
el cual se desarrollan las tutorías. Esto lo evidencian cuando anotan:
8A “la metodología
era para niños chiquitos” (sic)
-
“si no se tienen en
cuenta las necesidades de la población el programa no va a funcionar”
-
“los temas no eran
interesantes”
T3 “las prácticas
deben orientarse y variarse de acuerdo con las necesidades de los estudiantes…”
T6 “se debe partir
de un diagnóstico inicial de debilidades y fortalezas grupales y personales de
los estudiantes y acomodar los contenidos de los talleres”
Teniendo en cuenta las apreciaciones de los tutores y del estudiante
cuando se refieren a la importancia de partir de un análisis previo de la
situación cuando se van a tratar temas en los talleres, Acosta (2003), anota
que el diagnóstico “es una acción social, por tanto requiere ser flexible,
abierto, dinámico, permanente, secuencial, relevante y estar contextuado
cultural y socialmente”.
De allí que el diagnóstico implica la participación de la comunidad
porque brinda la identificación de problemas y en esa interacción entre
estudiantes y tutores hay un
intercambio de saberes que permite reconocer conocimientos e intereses que dan
las pautas para llegar a consensos.
En las actividades tutoriales se le demanda al docente efectividad y manejo en las actividades de grupo. Se han realizado
varias investigaciones con respecto a
la enseñanza efectiva y se ha encontrado que aunque no solamente tienen que ver
las cualidades personales de los profesores, juega un papel muy importante para
que haya motivación y el estudiante se interese por la clase ( Santrock, 2001).
Anota el mismo autor que, anteriormente la educación se centraba en la
disciplina que un docente tuviera en el aula, hoy se tiene en cuenta el
desarrollo y el ambiente de aula
positivo para apoyar el aprendizaje utilizando estrategias de manejo pro-activo
en lugar de tener en cuenta tácticas de manejo reactivas.
De ahí que los docente efectivos son los que tienen empatía y la
manifiestan cuando hay una supervisión directa de los alumnos y están al tanto
de sus comportamientos; manejan situaciones simultáneamente, no descuidando al
grupo así esté verificando el trabajo de un subgrupo; retienen el interés de
los estudiantes de tal manera que no haya oportunidad para distraerse y
estimula a los estudiantes para que realicen actividades que no requieran de
una supervisión constante del docente sino que se conviertan en tareas
desafiantes para el discente.
Con respecto al tema de la empatía uno de los estudiantes manifiesta:
2A -“yo creo que es muy de la empatía que haya
entre profesores y alumnos” (sic)
Los estudiantes consideran que el docente es una parte motivante para
que exista un adecuado proceso de enseñanza-aprendizaje. En la literatura se encuentra
que mientras haya expectativas negativas hacia el docente difícilmente este
proceso llega a feliz término o en ultimas se realiza porque es una obligación.
Cuando esto ocurre es un problema tanto para el docente como para la
institución. En ocasiones ocurre que los estudiantes que ya han tomado la
asignatura se encargan de informar a los neófitos y se crea un mal ambiente en
el aula desde antes de empezar a interactuar directamente con el docente.
Al programa de tutorías se le demanda adecuar los lugares en los cuales
se están llevando a cabo las actividades. Los tutores al respecto anotan que se
debe:
T2 “posibilitar
espacios de asesoría en el cual se salvaguarde la intimidad de los
alumnos”(sic)
T4 “adecuar un
espacio cálido y que sea suficiente para que varios tutores atiendan”
T7 “mejorar
sensiblemente las salas o lugares de atención”
Por su parte los estudiantes anotan con respecto a los espacios que:
2A “no limitarse a
las cuatro paredes, bajar al menos al patio” (sic)
“que se desarrollaran en otros lugares
diferentes al salón de clase, que hiciéramos salidas de campo”
Hernández (2002), anota que las condiciones físicas del aula y los espacios académicos
repercuten en gran medida en la actitud por saber. Todos los aspectos que
identifican al aula influyen en el aprendizaje y en la predisposición del
alumno para el mismo. No es igual tomar
una clase en un sitio en donde todo el año está el mobiliario en las mismas
condiciones, que en un lugar en donde el docente se preocupa por variar las actividades
lo cual conduzca a un cambio de sitio de los pupitres o realice las actividades en lugares fuera del
aula.
Una de las posibilidades que se puede utilizar, anota el mismo autor, y
que en algunas ocasiones depende mucho del tamaño del grupo de estudiantes y de
la capacidad del aula, es distribuir los asientos de tal manera que estimule la
interacción entre los alumnos y en donde el profesor tenga la oportunidad de
interactuar con todos, de tal manera que los estudiantes que suelen hacerse en
la parte de atrás puedan participar con el resto de compañeros.
El aula debe ser un sitio en donde el ambiente sea de trabajo y de
interés académico, desarrollando expectativas positivas con respecto a las
actividades propuestas. Para lo cual la participación de los alumnos es de gran
importancia y mas aún en los talleres desarrollados por el programa de tutorías
en donde no se requiere que el estudiantes esté siempre mirando a un mismo
sitio, sino que depende en gran medida de las habilidades del tutor para que se
dinamice y flexibilice el trabajo.
Los espacios que demanda el tutor son de gran importancia ya que ellos
deben ser de total privacidad, porque son en los cuales el estudiante le
confía su problemática de índole
familiar, vocacional, personal y para que ello tenga éxito se requiere de un
ambiente calido, confiable, seguro y de completa intimidad.
Otra de las expectativas que anotan los estudiantes y los tutores con
respecto al programa es lo referente al tiempo destinado a las actividades:
8A “le agregaría
más tiempo porque los temas quedan cortados”(sic)
4B “a veces las sesiones llegan a ser muy
cortas y los temas están muy interesantes”
“tiempo muy corto
para que participen los estudiantes”
T5 “algunos
estudiantes manifestaron dificultad en sus horarios para poder asistir a las
tutorías”
T8 “los horarios pues muchos de ellos no
favorecen la asistencia o dificultan la realización del taller debido al poco
tiempo destinado”
T9 “revisar horarios que beneficien a los
estudiantes…. Dejar dos horas para los talleres”
Berliner, (1988) anotado por Woolfolk (1996), apunta que casi todos los
estudios que analizan el tiempo y las oportunidades para el aprendizaje
encuentran una relación significativa entre la cantidad de contenido cubierto y
el aprendizaje del estudiante.
A su vez David (1974), anotado por Hernández (2002), revisó veinte
estudios acerca del tiempo del profesor para la instrucción y comprobó que
había correlaciones positivas entre la cantidad de tiempo distribuido y el
rendimiento académico. El tiempo distribuido hace alusión al tiempo en clase
tratando temas académicos y la jornada escolar.
Es claro que el tiempo determinado para el aprendizaje es una variable
básica para el éxito de una tarea académica. El manejo del tiempo y el lograr que
el estudiante esté concentrado en la actividad depende de las estrategias
utilizadas por el docente, porque según
estudios se ha comprobado que el simple hecho de disponer de más tiempo para el
aprendizaje, no lleva al logro en forma automática. Para ser valioso el tiempo
se debe utilizar con eficiencia.
Otro de los factores que se tienen en cuenta en la subcategoría de
adopción de estrategias de enseñanza es el manejo efectivo de actividades
grupales. Al respecto algunos estudiantes anotan:
4B “aprovechar
esta oportunidad para conocernos como grupo”(sic)
“ trabajar en
equipo para que se reporten las falencias del grupo”
6B “ al tutor no
se le debe dejar solo, los estudiantes
deben colaborarle, no descargar responsabilidades”
Las anteriores manifestaciones coinciden con el reporte de algunos
tutores cuando afirman que:
T2 “se deja el
trabajo a unas personas y el nivel de esfuerzo es mínimo en equipo”
-“fortalecer el
equipo de docentes que tenga la disponibilidad, disposición y el
profesionalismo para asumir el programa con mayor responsabilidad humana”
T3 “lograr un mayor compromiso de los tutores y
talleristas con el programa”
T10 “fomentar y
facilitar el trabajo en equipo entre los docentes encargados de los talleres y
el acompañamiento tutorial de cada curso”
Worchel y otros (2002), al referirse a los grupos lo definen como “un
grupo consta de dos o mas personas que se relacionan de tal manera que cada una
influye y es influida”, el pertenecer a un grupo determinado bien sea de
estudio, de trabajo, de diversión, etc, tiene sus ventajas entre las cuales se
pueden mencionar: permite hacer tareas que por si solo quedaría difícil; permite evaluarse en
varias dimensiones; la protección y el sentido
de seguridad que provee la pertenencia hace que los miembros aceptados
sean más sanos y felices.
Así como tiene ventajas también presenta algunos costos: ser miembros de
un grupo demanda ceder parte de nuestra independencia; cambiar actitudes y
conductas para ser aceptados; tener en cuenta los deseos de otros, además de
los propios. Por eso, lo primero que hay que decidir es si tenemos la
suficiente preparación y responsabilidad para pertenecer a un grupo y dar
cumplimiento a los objetivos propuestos por el mismo.
Las manifestaciones anteriormente anotadas de tutores y estudiantes
cuando evidencian la falta de trabajo en equipo hacen reflexionar sobre la
importancia de retomar estos temas tanto en los talleres con los alumnos como
en la capacitación a tutores para recordar los objetivos del programa y con la
Misión y PEI de la Universidad que está centrado en la persona. Y no se
consigue una auténtica cohesión mientras los miembros no cumplan las funciones
que caracterizan a todo grupo: la de compartir metas.
En relación con la subcategoría
carácter pragmático la cual es entendida como la conexión directa que debe
existir entre los temas vistos en los talleres con la carrera de psicología y
el contexto social, los estudiantes demandan un carácter útil y aplicado al
programa de tutorías, que va en consonancia con los procesos de cambio que se
le exige a la educación.
Los objetivos que se pretenden alcanzar con estas reformas es
universalizar la educación de buena calidad brindándoles a los estudiantes una
formación en competencias en donde se reclama desempeño ciudadano y desempeño productivo. Estas demandas se
ven reflejadas en las manifestaciones tanto de tutores como de algunos estudiantes de la siguiente
forma:
2A “que se toquen
temas acordes con la carrera… que uno en la vida diaria los pueda aplicar.
2B “le cambiaría
los temas, que sean más prácticos”
8A “debe haber
temáticas que nos enfrente con la realidad”
Uno de los tutores considera que
es importante:
T8 “ trabajar en
los talleres sobre estrategias creativas que permitan relacionar la teoría con
la práctica y esta con las necesidades del país”
Los cambios que se le exige hoy en día a la educación y específicamente
a la reforma curricular va encaminado a trabajar por competencias y a trabajar
en valores que reclama el desempeño
productivo y ciudadano. Este trabajo por competencias (capacidad de
trabajar en equipo, de resolver problemas, de experimentar, de interactuar con
el diferente) y los valores propios de la formación ciudadana (solidaridad,
tolerancia, respeto) no se dan solamente a través de una disciplina sino que
son modalidades transversales que exigen una reestructuración curricular y un
trabajo juicioso con los docentes, en donde se permee todo el plan curricular.
Pero la educación no se puede quedar con la única pretensión de formar
profesionales para dar respuesta a una política productiva, se debe pensar en
formar un ciudadano que de respuesta a todo nivel. En este sentido es
indispensable dejar de pensar el desarrollo humano solamente como una dimensión
económica y pasar a un concepto de este como búsqueda de libertad, en todos los
miembros de la sociedad tengan las mismas oportunidades de construcción y de
ser competentes. Para lo cual, como lo plantea Sarmiento (2000), es
indispensable contar con la atención en aspectos tan importantes como la salud,
el acceso a los servicios públicos, el derecho a la educación y a un trabajo,
que le permitan al individuo desarrollar sus capacidades.
Esta transversalidad es importante acogerla porque de lo contrario se
seguirán teniendo apreciaciones como las que anotan los estudiantes, cuando
consideran que el trabajo realizado en el programa no tiene relación con la
realidad como se puede apreciar:
8A “hay un choque,
es idealista y en las clases hay otro pensamiento” (sic)
“no había coherencia
entre eso y las clases”
“en unas materias
nos daban duro y en esa éramos tratados como niños chiquitos”
Esto permite ver la coherencia y relación que debe existir entre un
programa que va encaminado a contribuir en el proceso de superación de las dificultades
personales y de grupo con la estructura práctica de la vida cotidiana. Bien lo
expresa Hernández (2000) citado por Icfes (2001) cuando anota “La universidad
tiene como tarea central apropiar y ampliar el saber necesario para el
desarrollo colectivo, El estudiante, el maestro y el maestro-investigador deben
valorar esencialmente su capacidad de prestar un servicio a la sociedad; este
objetivo debe ser mucho mas fuerte y mucho mas integrador de las distintas
voluntades que se dan cita en la universidad, que los intereses personales o de
grupo”
Aquí entran a jugar un papel relevante las instituciones en la
construcción colectiva, ya que a través de ellas se somatizan las interacciones
y legitimas las acciones, afectan a los individuos y a la vez se dejan afectar
por ellos. Las instituciones consolidan las relaciones sociales y
organizacionales, no solamente para cumplir una función sino para ejercer
cambios y modificaciones a un sistema, son una estructura continua e histórica.
De esta manera afirma Sarmiento (2000), que las instituciones precisan y
permiten conocer el comportamiento de otros en el mundo, debido a las diversas
transacciones que existen, por ello son importantes en las sociedades en la
búsqueda del desarrollo.
Por otra parte, en esta subcategoría denominada carácter pragmática
también se le está demandando al programa trabajar sobre participación y
formación en liderazgo.
T2 “la Facultad
debe seguir mejorando los procesos de participación y ayuda a los estudiantes”
(sic)
T3 “fomentar la participación de los distintos
miembros del grupo para que la toma de decisiones sea compartida”.
Cuando se habla de participación está implícita la relación entre
sujetos. La participación es entendida como
el deber y el derecho de incidir
en la toma de decisiones acerca de los asuntos que atañen al bienestar
colectivo. En toda interacción humana se cuenta con una experiencia y unos
conocimientos que al explicitarlos se debe aprender a saber sortear los proceso
de tensión, contradicción, acuerdos y desacuerdos, siendo indispensable conocer
el punto de vista del otro para llegar a unos acuerdos mínimos que permitan la
acción de los grupos (Acosta, 2003).
Para realizar una participación efectiva se deben favorecer medios
educativos para todos los miembros del grupo, en los cuales se cuente con
espacios de reflexión y de autocrítica, de manera que se llegue a conclusiones
válidas para el proceso que se busca.
A los estudiantes y a los
tutores se les demanda la participación en las diferentes actividades, siendo
valiosos sus aportes para tenerlos en cuenta, con el objetivo de obtener un
mejoramiento del programa. Esto se logra cuando los miembros de un equipo
cuenta con un auto-concepto sano y realista, aprenden a ser flexibles y se
aprovechan los aciertos y los errores.
Esto permite considerar la
necesidad de realizar una capacitación al grupo de tutores y estudiantes para
desarrollar actitudes que permitan interactuar colectivamente en la búsqueda de
soluciones comunes e individuales.
Además de la participación, se le solicita al programa la formación en liderazgo, manifestado de la
siguiente forma:
4B “ nos deben
formar como líderes” (sic)
El liderazgo es entendido como una habilidad que toda persona tiene en
algún campo, pero que es necesario perfeccionar con mayores conocimientos. La
concepción del liderazgo ha cambiando en los últimos años, se creía en una
época que éste era innato, se concedía a unas pocas personas siendo la herencia y el destino los responsables (Bennis
y Nanus, 1992).
Anotan los mismos autores, que esta teoría del Gran Hombre fue cambiada
por la idea del “Big Bang” la cual consideraba que un líder era formado por la
combinación de la situación y de las personas que creían en él. Esta concepción ya no opera en esta
época de constantes cambios y nuevos paradigmas. El liderazgo hoy es
considerado como la recolección de las destrezas que la mayoría posee, pero que
solo una minoría usa. “es algo que cualquiera puede aprender, puede enseñársele
a todo el mundo, y no se le puede negar a nadie”.
El liderazgo se aprende, es una combinación de cuatro estrategias
dirigidas a tener una visión o intenciones las cuales imponen respeto y atrae a
la gente hacia ellos; desarrollar sentido mediante la comunicación; crear
confianza por medio de la dedicación y el posicionamiento y por último la
auto-consideración positiva la cual tiene en cuenta reconocer las habilidades y
equilibrar las debilidades, ser disciplinado y optimista para conseguir lo que
se desea. Ibid.
Después de este marco contextual sobre el liderazgo y teniendo en cuenta
la solicitud de los alumnos, es relevante estimular los procesos educativos
para desarrollar esta habilidad y aprender a descubrir estudiantes con
talentos.
En relación con la subcategoría Socialización
del programa entendida como la divulgación del mismo a todos los estudiantes de la facultad de
psicología, tanto los estudiantes como los tutores reportan:
2A “se requiere
más comunicación, más publicidad, que la gente sepa y eso ayudaría a que más personas
participen de ellos” (sic)
“hace falta
propaganda, letreros, carteles, invitaciones”
8A “es necesario
generar campañas”
T8 “estructurar
mejor la publicidad o manera como los
estudiantes se informan sobre el programa”
Los estudiantes y tutores coinciden en la dificultad que se tiene para
dar a conocer el programa, solicitan una mayor comunicación para que el
programa sea conocido por todos los estudiantes.
Guillen y Guil, (2000), anotan que la palabra comunicación significa
puesta en común, comunión, participación, interacción mutua. Por lo tanto hace
referencia a un proceso en el cual participan todos los componentes de un
sistema: las personas que están intercambiando opiniones; el contenido de la
comunicación; el medio o canal (escritos, cara a cara, medios de comunicación)
y todo esto está inmerso en un contexto, en un medio que contempla todo el
proceso. Además de todo lo anterior también están presentes las interferencias
o ruidos que pueden ser ambientales o pueden ser implícitas dadas por la posición
previa de los sujetos que intervienen en la comunicación.
Para el caso del programa de tutorías la comunicación juega un papel
social muy importante porque permite la puesta en común, informar, educar, generar cambios siendo un elemento clave para
motivar a la participación de los estudiantes y docentes.
Es importante generar estrategias que permitan divulgar el programa y
disponer de suficiente información sobre el contenido del programa (qué es),
sobre los medios para utilizarlo (cómo hacerlo) y sobre su utilidad. Con
respecto a esto algunos tutores manifiestan que:
T2 “es pertinente
seguir con el programa de divulgación y desarrollo por parte del equipo en
general”
T9 “sería bueno
involucrar al grupo de docentes tutores y talleristas para colaborar con
ideas…”
La información debe ser lo suficiente para evitar la ambigüedad y la
insatisfacción tanto de los integrantes del programa como de los usuarios del
mismo. Además hay que involucrar a toda la comunidad académica para que ellos
sean los multiplicadores indirectos y la información del programa la manejen
adecuadamente.
Guillén y Guil (2000), anotan que las redes de comunicación son
consideradas en la actualidad como un indicativo de calidad. Hay que aumentar
la información tanto global como especializada para lograr una comunicación
total: descendente, ascendente y transversal, de forma tal que todos los
integrantes de la facultad se sientan implicados para aprovechar todas las potencialidades. Este trabajo
compartido logra cumplir la meta dirigida al desarrollo y calidad de vida de
los estudiantes.
Por otra parte, la categoría Motivaciones de la Tutoría es entendida
como el conjunto de factores que intervienen para que un estudiante elija
asistir y participar en el Programa de Tutoría. La motivación es un factor y
principio del aprendizaje. Flórez (2000), anota que casi siempre la motivación
se inculca desde afuera del aprendizaje mismo, distinguiendo dos clases de
motivos: unos generales como la utilidad para la vida futura y otros particulares
como las recompensas inmediatas ante la emisión de una conducta correcta.
En la presente investigación una
de las subcategorías de la categoría
motivacional es Ayuda Personal la
cual hace referencia a la necesidad que presentan algunos estudiantes para
resolver dificultades que están interfiriendo en su vida familiar, personal,
académica y vocacional.
Al respecto algunos estudiantes manifiestan:
2A “sabiendo que
la facultad tiene este programa, en este momento pienso que necesito ayuda” (sic)
“los talleres me
ayudan a suprimir debilidades, a complementarme”
“uno puede hacer
un alto en el camino y ponerse a reflexionar”
Para que los estudiantes participen del programa se requiere que los
contenidos de la enseñanza se vinculen con sus intereses o necesidades y/o les
creen nuevas expectativas. El alumno hace uso de las actividades
tutoriales en la medida en que
encuentra solución a su problema, en la medida que satisface sus necesidades,
referidas desde el plano académico hasta personal.
Hernández (2002), anota que cuando la persona percibe como valioso o significativo el logro obtenido, se puede
hablar de enseñanza motivante que conduce a una ayuda personal. Para que un
contenido cree nuevas expectativas es
necesario que represente para el alumno un valor experiencial, es decir, que
asocie el tema sugerido con su propia experiencia, por eso es relevante que la
enseñanza parta de los intereses de los estudiantes. Son temas de interés lo
que se halla mas cercano a éstos como por ejemplo temas relacionados con sus
estudios, la relación con sus compañeros, la realidad sociocultural, el futuro
profesional, la situación del país, el conflicto generacional, la música, etc.
Lo anota anteriormente se evidencia en algunos apuntes realizados por
los tutores:
T1 “alta
motivación personal por ofrecer el acompañamiento individual a los alumnos”. (sic)
T8 “ me he sentido
excelente pues el programa me da la oportunidad para hacer un aporte
relacionado con el fundamento del futuro profesional: la persona”
T7 “ me sentí muy
bien porque creo que se le puede ayudar a los estudiantes en las diferentes
dimensiones de la personalidad…”
Otro aspecto que realza Hernández (2002), es el valor funcional de un
tema, que se caracteriza por su utilidad, a diferencia del valor experiencial
cuya característica es el agrado. La utilidad puede ser teórica porque el tema
puede conducir a otro tema de interés; de utilidad aplicada porque el tema
puede emplearse en la vida práctica y de utilidad personal porque el
conocimiento del tema favorece el propio conocimiento.
De acuerdo a las manifestaciones tanto de tutores como de estudiantes,
la motivación a participar en el programa está relacionada directamente por la
ayuda a nivel personal y esto se ha logrado porque los temas y la dinámica que
se utiliza conduce a despertar el interés y ha satisfacer necesidades.
Otra de las subcategorías de
la categoría motivación es Autoformación
entendida como la capacidad que una persona tiene para buscar y adquirir
conocimientos nuevos.
Al respecto algunos estudiantes manifiestan:
2A “ podemos
nosotros mismos analizarnos” (sic)
“ el deseo de no
quedarse con lo que den exclusivamente en la materia”
“buscar en muchos
espacios y no ser solo psicólogos de salón”
Los estudiantes manifiestan que el trabajo que se ha venido
desarrollando en el programa de tutorías les ha proporcionado situaciones
problemáticas que los estimulan a aplicar lo aprendido en otros contextos.
Bruner, mencionado por Hernández (2002), considera que el aprendizaje debe ser inductivo, puesto
que a partir de estas situaciones problemáticas se estimula la motivación para
que el dicente fomente la capacidad de pensar, tener confianza en sí mismo, y
practicar lo aprendido.
El aprendizaje debe guiar a los alumnos para que por sí solos hagan
nuevos descubrimientos, es un orientador que le proporciona al discente la información para que no se quede únicamente con lo trabajado en clase sino
que lo maneje en la vida cotidiana.
De acuerdo con lo anotado por
Gilstrap y Matin (1975), referenciado por Kenneth (2000), darle la información
a los estudiantes directamente de la realidad natural y social, contribuye a
una automotivación que conduce a que los estudiantes se responsabilicen de su propio aprendizaje, se acomoden a sus propias
capacidades, fortalezcan el autoconcepto
y no se limiten exclusivamente a lo aprendido en clase.
La última subcategoría de la
categoría Motivaciones de la Tutoría se refiere al Espacio Afectivo definido como el momento en el cual se participa
sin temor al reproche, a la nota y en donde se logra una relación de calidez
con los tutores.
Se ha comprobado que en la motivación para el aprendizaje juega un papel
muy importante la calidez y el apoyo del maestro. En una investigación
conducida por Malcom (1979)
referenciado en Santrock (2001), se observó que la motivación de los
alumnos aumentó cuando la calidez y
apoyo del maestro se acompañaba de una organización efectiva.
Otras investigaciones sobre enseñanza efectiva han encontrado que el
profesor debe tener tres características: conocimiento, claridad y calidez para
que haya éxito en la enseñanza. La calidez, amabilidad y comprensión parecen
ser las cualidades del profesor que mas
se relacionan con las actitudes de los estudiantes (Murria, 1983 referenciado
en Woolfolk 1996).
Lo anterior se evidencia en las manifestaciones de algunos estudiantes
asi:
4B “ me ha
motivado la afectividad del profesor…”
“ asisto por la
motivación de la profesora”
6B “si el tutor
era receptivo todos asistíamos”
En un programa tan especifico como es el de acompañamiento tutoríal se
requiere también el “cuidado que se
debe tener al diseñar el perfil de los tutores para que asuman su tarea no como
un trabajo más sino como un verdadero servicio a la comunidad estudiantil,
pensando que su labor primordial se refiere a la formación de recurso humano y
no sólo de generación de productos académicos o de investigación” (Díaz, 2002).
El perfil del tutor juega un papel muy importante en los resultados del
programa porque no todos los docentes lo tienen, lo cual conduce a que en
ocasiones no se cumplan los objetivos del programa. Al respecto Arnaiz,
referenciado en Argüís (2001) anota que “el perfil se tiene que ajustar a dos
parámetros: el que hace referencia a los factores de su desarrollo personal y
el que se refiere a las actuaciones del profesor-tutor como profesional de la
enseñanza. La autoestima, la percepción positiva personal, del alumno y de las
relaciones humanas empáticas son necesarias para el crecimiento y desarrollo
del si mismo. No podemos asegurar la ayuda interna del alumno cuando nosotros
estamos deshechos”.
La tercera y última categoría que
se evidenció en esta investigación se refiere a los Beneficios de la Tutoría entendida como el bien que se hace o que
se recibe, utilidad, provecho o ganancia que los estudiantes han obtenido al
participar en el programa de acompañamiento tutorial.
La primera subcategoría de
ésta es la Formación Humana percibida
como la ayuda personal que recibe el estudiante, la cual se refleja en una
adecuada convivencia a nivel personal, familiar y laboral.
El programa de acompañamiento tutoríal es coherente con el Proyecto
Educativo Institucional de la
Universidad Católica de Colombia, la cual centra su Misión en la persona, para
lo cual adelanta acciones que procuran
“reivindicar la persona como centro de su acción formadora para actuar a
través de ella ante la sociedad”(Universidad Católica de Colombia. Misión-PEI
2000).
Esto se evidencia cuando los estudiantes que han participado en el programa anotan que:
2A “ son unas
herramientas importantes que nos ayudan a formarnos como personas”(sic)
“ para aprender a
ser personas”
“ nos hacen crecer
como personas”
8A “ nos sirve
para ser mas humanos, mas personas”
Dentro de los compromisos que tienen las entidades educativas se
encuentra la tarea formativa, relacionada con la dimensión moral de los
estudiantes.
Orozco, L. (2001) señala que “formación” significa “ascenso a la
humanidad”; desarrollo del hombre en tanto hombre. En este sentido encontramos
una consonancia en el énfasis que la Universidad Católica hace con respecto al
concepto de persona ya que este se refiere específicamente a la característica
de originalidad e irrepetibilidad que tienen los seres humanos y que en la
medida en que logran desarrollarla se convierten en individuos al mismo tiempo
adaptados y aportantes en el medio social.
El mismo autor menciona que la educación es “en y para la libertad,
fomenta el crecimiento de la persona y lo capacita para una vida útil y
responsable frente así mismo y frente a la sociedad global”.
Los tutores y los estudiantes coinciden en que el programa además de
colaborarle al estudiante en su parte
personal también influyen en su vida académica, esto lo manifiestan de la
siguiente manera:
4B “ me ha dado a
conocer que tengo familia, que tengo muchos roles”(sic)
8A “ es una forma
de colaborarle al estudiante en la parte personal y académica”
T4 “ es un
programa muy positivo en la formación personal y académica de los estudiantes”
Con respecto a lo anotado anteriormente, Casares (2000), anota que el
crecimiento personal es un proceso de asimilación e integración de nuevas
experiencias e información que hacen cambiar la conducta, la concepción de si
mismo y del mundo, lo cual permite desarrollar potencialidades que generan el
perfeccionamiento de todas las acciones que involucran al ser humano.
La segunda subcategoría de la
categoría Beneficios de la tutoría es Medio
de Comunicación identificada por los estudiantes como el espacio en donde
se facilita la expresión con los compañeros, se logra una mayor convivencia e
interacción al interior de los grupos.
Goleman (1996) anota que las emociones son contagiosas. El contagio
emocional parte de un intercambio tácito y casi imperceptible que se produce en
cada encuentro. Transmitimos y captamos estados de ánimo unos de otros en donde
algunos encuentros son tóxicos y otros nutritivos. Continuamente nos estamos
contagiando mutuamente los sentimientos y entre más hábiles somos socialmente,
mejor controlamos las señales que emitimos.
Específicamente el psicólogo debe aprender a manejar esta inteligencia
emocional que anota el autor, porque son ellos los llamados a ayudar a calmar
los sentimientos de otros, son a quienes recurren otros cuando padecen alguna
importante necesidad emocional. Es por ello que el programa tutorial debe
desarrollar las habilidades y las destrezas necesarias para la responsabilidad que implica el
trabajo con seres humanos.
Lo anteriormente expuesto coincide con lo anotado por Gardner (1999),
sobre la inteligencia personal, que
consiste en “la capacidad para entender a las otras personas: lo que los
motiva, cómo trabajan, cómo trabajar con ellos de forma cooperativa”. El
psicólogo requiere desarrollar una alta dosis de inteligencia tanto
interpersonal como intrapersonal para
trabajar en armonía con el otro y para ser capaz de desenvolverse eficazmente
en la vida. Y es la entidad educativa la encargada de desarrollar estas inteligencias
para servir a la sociedad y luchar por una mejor calidad de vida.
La inteligencia emocional anota Goleman (1996), está asociada con la
inteligencia social. Aquellos que tienen inteligencia social pueden
relacionarse con las demás personas fácilmente, ser sagaces en la
interpretación de sus reacciones y sentimientos, dirigir, organizar y aclarar
las disputas que se pueden presentar en cualquier actividad humana. Las
personas que causan una excelente impresión social, son expertas en dominar su
propia expresión de las emociones, están sintonizadas con los demás y organizan
su desempeño social adaptándolo para lograr el efecto deseado.
Uno de los propósitos del programa de tutorías es desarrollar en el
estudiante la habilidad para comunicarse con el otro, trabajar problemáticas de
grupo de tal manera que de allí se generen nuevas formas de convivencia. La
comunicación es el proceso más importante de la interacción del ser humano. Es
en realidad una actitud ante la vida, la cual al ser entendida únicamente como
la transmisión y recepción de mensajes nos impide entenderla como un fenómeno
humano.
Al respecto algunos estudiantes apuntan que:
2A “ podemos
también expresarnos tal y como nosotros nos podamos sentir” (sic)
“ le ayudan a uno
en problemas de comunicación”
“ usted llega y
expresa lo que siente”
La sincronía entre profesores y alumnos indica en qué medida se sienten
compenetrados; en general el crear un clima de interés, entusiasta, sociable
permite una mayor participación de los alumnos y así mismo una mayor cohesión
de grupo lo cual ayuda al éxito académico y personal. Esto se ve evidenciado
cuando algunos estudiantes y tutores
manifiestan que:
2B “son como los
oidores que escuchan los problemas de las personas”
“aprendemos a
convivir grupalmente”
4B “es un espacio para compartir con los
compañeros”
T3 “ hubo este
semestre una mejor coordinación e interés del grupo de docentes encargados de
las actividades
La última subcategoría de la
categoría Beneficios de la Tutoría es Momento
de Aprendizaje la cual es entendida como el espacio en donde el estudiante
adquiere conocimientos para aplicarlos en su vida personal y profesional.
Según Santrock (2002), el aprendizaje es un cambio relativamente
permanente del comportamiento que se produce a través de la experiencia. Este
campo es muy amplio e involucra comportamientos académicos y no académicos y se
pueden realizar en centros educativos y en cualquier otro lugar en donde las
personas experimenten su mundo.
Haciendo alusión a lo anterior,
en donde no se debe educar solamente para desenvolverse adecuadamente en la
escuela, sino en todo el entorno vital, Morin (1999), considera que las
instituciones educativas deben contribuir a la formación humana de quienes
pasan por ella, para lo cual anota que la
educación para el futuro debe preocuparse por hacer conocer lo que es el
conocer; enseñar los principios de un conocimiento pertinente; enseñar la
condición humana; enseñar la identidad terrenal; afrontar la incertidumbre;
enseñar la comprensión y enseñar la ética del género humano. Todo ello relacionado
con la preocupación por mirar la educación desde una visión integral en donde
se tenga en cuenta el aprender, el ser, el hacer y el enseñar.
Teniendo como base lo anotado,
los estudiantes con respecto al programa manifestan que:
2A “ mas que
enseñarnos nos dan habilidades y fortalezas” (sic)
“ son cosas
extraclase y uno puede tener un acervo de mucho conocimiento”
“aprende uno a
conocer muchas cosas que de pronto no conocía”.
2B “ se trabaja sobre experiencias”
El verdadero aprendizaje no está fundado en un conocimiento acumulativo
enciclopedista, sino que deber abarcar toda la parte humana en donde están
involucradas las emociones, los afectos, la parte física y espiritual. Tanto
los estudiantes como los tutores manifiestan que el programa ha contribuido a:
T2 “lograr
encontrar otra faceta profesional y humana”
T8 “he aprendido
muchísimo para mi crecimiento personal y profesional” (sic)
2A “ es un espacio de reflexión porque
ahondamos en temas de interés”
8B “ nos deja muchas enseñanzas”
Se concluye de lo anterior que el aprendizaje es un proceso de
construcción que realiza el propio sujeto, dentro de un contexto interpersonal.
En la construcción del conocimiento se implica la persona de ahí la importancia del contexto en el
cual se de el aprendizaje ya que está mediado por la parte afectiva, por el
interés, la motivación, la disposición y el clima favorable que se le imprima.
CAPITULO SEXTO
CONCLUSIONES
APLICABLES A LA VIDA INSTITUCIONAL
Los
procedimientos aplicados durante la presente investigación han conducido
principalmente a una toma de conciencia por parte de los diferentes
participantes en el programa, en relación con la necesidad de fortalecer este
tipo de acciones para contribuir así al desarrollo de la Facultad desde una
perspectiva de mayor efectividad y mejor formación de nuestros estudiantes como
personas que saldrán a ejercer como psicólogos, lo cual implica la gran
responsabilidad de trabajar con personas y con situaciones de tipo social y educativo.
Cumplimiento de Objetivos
El presente
estudio encuentra una importante concordancia entre lo planteado en los
documentos institucionales, principalmente en la Misión de la Universidad, en
donde aparece en uno de sus apartes: “despertar la conciencia, responsabilidad
y sensibilidad social de los estudiantes para que orienten sus conocimientos al
servicio de los múltiples requerimientos sociales y fomenten el sentido de
compromiso en todos los órdenes de su actividad personal y ejercicio profesional”,
con el sentido actual de la educación superior, la cual considera que no existe
una división entre la formación profesional y la formación personal.
Esto implica
el logro de los objetivos del presente trabajo, y el esclarecimiento de la
importancia fundamental del programa en la institución.
Actualidad de las tutorías
En el marco de
la necesidad institucional de generar posibilidades de trabajo autónomo por
parte de los estudiantes para que realmente se aplique la política de créditos
es indispensable constituir una cultura de la tutoría en la cual el estudiante
esté dispuesto a profundizar, a complementar su aprendizaje, a adquirir
competencias, y el docente a su vez esté también dispuesto a brindar asesoría
en lo puramente académico, en lo técnico metodológico y en lo actitudinal,
porque una competencia no se forma solamente desde la perspectiva teórica, no
puede ser evaluada solamente con el modelo de calificación tradicional.
Además como lo
anotan Farrés y Obregón citadas por Díaz y Pinzón (2002), “se debe trabajar con
los tutores en despertar la conciencia de que están participando en un proceso
de formación de recursos humanos, no en la generación de productos de
investigación”.
Políticas del Programa de Tutorías
El Programa de
Tutorías requiere hacerse presente en las diferentes personas e instancias que
conforman la comunidad académica (estudiantes, docentes, administrativos)
vinculadas a la Universidad. Además es relevante, como lo anotan Díaz y Pinzón, (2002) “que cada
profesor se sienta tutor y contribuya a
orientar y asesorar al estudiante en la toma de decisiones sobre sus
necesidades, intereses y capacidades”.
Es importante
además, crear políticas desde el ente
central de la Universidad para analizar juiciosamente los planteamientos de las
tutorías y así trazar el horizonte de renovación, divulgación y expansión de
las mismas.
Aspecto Humano
A pesar de que
es frecuente entender las tutorías como una estrategia más o menos eficaz para
mejorar la calidad del aprendizaje, es supremamente importante rescatar una
multiplicidad de dimensiones vinculadas con el concepto.
Las políticas
aplicadas en los últimos tiempos a la Educación Superior no solo conllevan la
pretensión de conseguir de la capacitación a manera de producto, un individuo
con las capacidades para desempeñar una determinada función. La capacitación
que un individuo recibe debe conducirlo a ser un ser cada vez mas integral, no
solo eficiente en su trabajo, sino creativo y participativo de la dinámica
social y política de sus entornos mediatos e inmediatos.
En este
sentido, no podemos limitar el concepto de tutoría al papel comercial o
remedial de un control de calidad industrial, debemos entenderlo como una de
las alternativas mas apropiadas para que la educación realmente se constituya
en la vía para el crecimiento de las personas, el desarrollo de las comunidades
y la armonía social.
Con mayor
razón en el caso de la formación del psicólogo. Un profesional que debe
desempeñar su función en estrecha vinculación con personas, tanto en lo
individual como en lo social. Esta persona deberá contar no solo con una
capacidad técnica en su trabajo, sino con un acervo de valores y un repertorio
de actitudes acordes con la responsabilidad que implica trabajar con seres
humanos.
Sin lugar a
dudas entonces, una educación que no solo favorezca el cultivo de los aspectos
técnicos en el individuo, es motor eficaz en el desarrollo. “Una sociedad que
de manera consciente y decidida favorece la investigación, la creación y
aplicación del conocimiento multiplica continuamente sus recursos naturales (…)
que soporta crecimientos cada vez mayores” (Sarmientos A, 2000). Pero además,
“el aumento de las capacidades que produce el capital humano no solo tienen que
ver con la participación activa en la organización productiva sino con el
disfrute mas profundo de mayores oportunidades” (ibid).
Al respecto,
Díaz, V. M. (2002), anota “… no es preocupación única la formación de un
profesional; lo es la formación de la persona: ciudadano, miembro de una sociedad,
profesional de excelencia, responsable, independiente, crítico y creativo; lo
es la formación de una persona capaz de identificar problemas y buscar
alternativas de solución; capaz de mejorar día a día su vida personal, de
intervenir en la transformación del
medio sociocultural; de construir su futuro personal y de contribuir a perfilar
el de su familia y el de su entorno sociocultural”
Capacitación de Tutores
En la presente
investigación se encontró que uno de los aspectos mas relevantes en este
proceso tiene que ver con la capacitación tanto de los docentes como de
estudiantes en lo referente a la puesta en marcha del Programa de Tutorías.
Efectivamente no se trata solamente de las técnicas necesarias para llevar a
cabo una tutoría de tipo técnico en campos específicos de la capacitación, sino
del aspecto formativo general que un programa de este tipo debe cumplir.
El tutor debe
ser capacitado no solo en el cumplimiento de una función vinculada con el éxito
académico con miras a la promoción o a la obtención de calificaciones o
títulos. Es preciso generalizar entre los docentes tutores la actitud necesaria
para que se constituyan en factores determinantes de la formación humana
integral de los educandos.
Topping (2002)
manifiesta la necesidad de “capacitar en los procedimientos generales de toda
tutoría. Por ejemplo cómo entablar una relación de confianza”. Adicional a
esto, el tutor debe contar con las habilidades y herramientas suficientes para
desarrollar en sus pupilos mejores estrategias de aprendizaje, y para que éste
adquiera las destrezas y repertorios de conducta que mejoren el ambiente de
trabajo en el aula y fuera de ella.
No sobra mencionar además la necesidad de
que la institución brinde los espacios adecuados para que esta actividad se
desarrolle, como el disponer de cubículos aptos para adelantar tutorías
personales o a pequeños grupos. Y que se viabilice la posibilidad de que los
programas cuenten con un seguimiento puntual y una capacitación permanente.
Sin embargo,
un programa de tutoría es eficaz en la medida en que exista el nivel adecuado
de motivación en los participantes. En este aspecto la actitud del tutor es
fundamental, y la posibilidad de que el estudiante perciba claramente los
efectos positivos de la actividad tutoríal. Las investigaciones han establecido
por ejemplo que el aprendizaje resulta mas productivo “cuando se realiza
durante breves sesiones frecuentes antes que durante largas sesiones
ocasionales” (Topping, 2002).
Y esta
motivación juega un papel decisivo en estos momentos en los cuales la
aplicación de la flexibilidad curricular requiere de un profesorado
comprometido y con disposición para cumplir los objetivos del programa.
Evaluación del Programa
De otra parte,
se sugiere que por medio de una planeación, seguimiento y evaluación continua
del programa, se dé respuesta pertinente a los intereses y falencias de diversa
índole, ya sea personales, grupales o institucionales, con el objetivo de tener
capacidad de identificar necesidades específicas y realizar los correctivos
requeridos para un adecuado funcionamiento del programa.
Se requiere la
coordinación entre el profesorado (planificación conjunta de actividades,
seguimiento y evaluación) para el éxito de la acción tutorial e implica a todos
los estamentos de la comunidad educativa.
La experiencia
que me deja esta investigación es que la parte humana es lo más importante,
siendo las potencialidades humanas la riqueza más grande que posee un país, por
lo tanto todo proyecto educativo debe apuntar a transformar, desarrollar y
crecer teniendo en cuenta tanto las
necesidades como los talentos humanos
que son el impulso para el desarrollo. Además la educación debe dirigirse a una
enseñanza para la vida en lo individual y en lo social y estar encaminada a
desarrollar y utilizar esas potencialidades para una vida más plena y de mayor
calidad.
También tuve
la posibilidad de mirar la Facultad desde una perspectiva sistemática, en donde
se han podido desglosar los aspectos del problema y con ello se han generado
posibilidades de acción altamente efectivas en lo que respecta al cumplimiento
de las funciones de los diferentes estamentos y personas de la Facultad y
generar una continua reflexión de los programas educativos que se fomentan al
interior de la misma.
Finalmente, he
podido establecer con mayor claridad las relaciones que existen entre los
procesos internos de la facultad y las tendencias actuales en educación en los
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